Hola. Soy Gabriela Ortiz y soy adicta a los zapatos.
Esta adicción no comenzó a temprana edad. Al contrario, siempre odié los zapatos de tacón. Mi mamá en cambio los adoraba. Fue educadora por veintitantos años y diario iba en los tacones más altos… la verdad es que no sé cómo le hacía para corretear niños usando zancos, como yo le decía. Hasta que, un problema en la rodilla la hizo olvidarse para siempre de los tacones y ahora solo puede usar zapatos “cómodos” ¡AGHHHHH!
Pues sí, fue justo cuando tuve mi propio auto que empezó esta afición por los tacones, antes tenía que caminar a todos lados y andar en metro y pesero así que los tacones NO eran la opción. Es como la varicela, que entre más grande te da, más fuerte te pega, se los juro.
Me acuerdo que mis primeros zapatos de tacón fueron unos negros en Zara, altísimos y desde ahí me enamoré perdidamente de ellos. Tomando en cuenta que no paso del 1.50 de estatura, bueno, realmente son lo mejor que me pudo pasar. Mi mamá siempre decía, “es que cuando te pones tacones, hasta caminas diferente.” Y la verdad es cierto porque cuando apenas los estás aprendiendo a usar, ¡caminas como pollo espinado! Ya que los dominas un poco, en verdad
caminas diferente, como que más derechita.
Pero tampoco crean que estoy traumada y solo uso tacones o plataformas, ¡para nada! Y ahí es cuando el problema es peor, porque me gustan ¡todos los zapatos! En mi coche siempre traigo unos flats por si voy a un lugar y tengo que caminar mucho me pueda cambiar los zapatos y, cuando voy a la playa, lo mejor y más cool, definitivamente son un par de Havaianas. Obvio los
Converse no pueden faltar y hasta unos Crocs tengo (que la verdad se me hacen lo más feo que existe en el mundo, pero ¡ah qué cómodos son!).
El otro día vi el episodio de Carrie Bradshaw donde tiene que comprar su departamento y se da cuenta de que todo su dinero se lo ha gastado en zapatos y como que me cayó la pedrada. Aunque la verdad es que no todo mi dinero lo he gastado en zapatos… también en bolsas… y en lentes… y en ropa… ¡oooops!
El día en que me dí cuenta de que puedo tener un problema fue el martes pasado que fui a El Palacio de Hierro. Siempre me gusta ir a la sección de zapatos porque tienen unos HERMOSOS de marcas carí$ima$, pero que me encanta ir y probármelos aunque no los pueda comprar.
Bueno, pues ése día que fui, de repente un zapato llamó mi atención desde lejos, eran altísimooooooos, de satin rosa fosfo... sí tal y como lo oyen... corrí a verlos de cerca y veo que la suela era distintivamente roja.... OMFG!!! Sí, efectivamente, eran unos Christian Louboutin, obvio me los probé y se veían ¡espectaculares! Aunque todo el encanto se acabó en cuando vi cuanto costaban y casi me desmayo, aunque por un segundo pasó por mi mente dejar de comer seis meses para juntar y comprarlos.
Ahhh... creo que, efectivamente, sí tengo una addición a los zapatos. En algún lugar leí que si te obsesionan tanto, es porque cuando estabas en el vientre de tu mamá te la pasabas viéndote los pies... ¿será?
Aquí les dejo algunas fotitos de mis zapatos soñados, obvio tendría que dejar de comer 5 años para poder comprarlos Ja, Ja, Ja.
Heart peep shoes de Alexander McQueen
Ankle Boots de Balenciaga
Very Privé Leopard Print Slignbacks de Christian Louboutin
Mouse Flats de Marc Jacobs
Ankle Boots de Balenciaga
Very Privé Leopard Print Slignbacks de Christian Louboutin
Mouse Flats de Marc Jacobs
Hyper-Privé Satin Platform Pump de Christian Louboutin
(Los que me probé en El Palacio de Hierro)
Y ustedes, ¿también son adictas a los zapatos? ¿Cuáles son sus favoritos? ¡Cuenten, cuenten!
xoxo
Gaby